Una habitación oscura, en la
quietud de la noche. Una luz interrumpe la oscura visión; una luz que abre la
vista para dejar pasar a dos sujetos, que llamaremos Director y Conductor.
Uno esta sentado, mansamente
en una banqueta vieja, tiene un teléfono de línea igual de desvensijado, posee
una expresión intranquila, aun no sabe porque es que esta sentado en ese lugar,
pensó que era un dia mas.
Del otro lado, una figura se
mueve en multiples direcciones, con una clara intranquilidad, como un cuervo
que saborea un manjar, aunque en estos momentos esta mas que intranquilo.
Tiene una misión, una apuesta,
un deseo. Tiene que crear algo que la gente admire, que le permita grabar su
nombre en el bronce de la historia. Pero no tiene nada mas que un teléfono, una
banqueta, y un peladito un tanto regordete que mira con cara de horror a la cámara,
una vieja grabadora del ex ATC, comprada en un museo de las baratijas por 2
gallinas mas o menos alimentadas.
Mientras cuelga el croma y
acomoda las luces, ese sujeto un tanto encorvado por el trabajo recuerda como comenzó
esta historia, hace apenas unas horas, cuando decidió hacer “el mejor show de
la televisión”
Aunque decir que decidió, es
algo mas que impresiso, cualquiera prometería eso, cuando te agarran con la
mano derecha en la cintura de la esposa del dueño del canal, mientras las
papilas gustativas de ambos se abrazan de manera fraternal.
Cualquiera prometería un éxito
televisivo inmenso, cuando ese magnate descubre que la infidelidad viene sosteniéndose
en el tiempo por años.
Cualquiera aceptaría esta
asombrosa tortura, cuando acaba de descubrir que tiene mas hijos que apellidar.
En fin, es una situación difícil.
Dificil momento para sentarse
frente a una consola de sonido, sin saber como carajos se conectan los micrófonos.
Del otro lado tenemos al
sujeto que protagonizara esta historia, el rostro detrás de un éxito prometido
como seguro.
La cara de sorpresa que profirió
nuestro hombre al enterarse que lo habían sorteado en un casting para conducir
un programa de televisión.
Mas sorpresa tuvo cuando descubrió
que secretamente, fue su esposa quien lo anoto, sobretodo considerando que su
esposa ya no era su esposa, sino una desconocida mujer, que se fue con su
verdadero amor, dejándolo solo y abandonado, en una construcción que jamás será
un hogar, en un barrio por demás peligroso, en donde hasta los perros conocen
sobre las nobles artes de la defensa personal.
Todo parecía interesante, de
verdad. Una gran oportunidad para redescubrir su talento perdido, como
animador.
Nuestro personaje se pierde
en sus experimentales animaciones en fiestas de cumpleaños, o en aquella vez
que conducio un programa de Heavy metal a la trasnoche, cuando aun portaba esas
remeras negras, con logos tan preciados.
Ahora se sentaba en una
banqueta, con un micrófono oculto, con un traje que no es de el, con una camisa
que le apreta el cuello, y con su remera tapada por otra cosa, su personalidad
se defigura en esa posición.
Y se pregunta, por que? Si
hasta ayer, era un plomero ilusionado en poder vivir aventuras sexuales con
adineradas señoras, de gran aspecto y posición, aun sabiendo que lo mas cercano
que podía estar de eso, es recibir una porción de pizza, como de lastima.
La ilusión es lo ultimo en
perderse, dice débilmente, mientras las luces terminan de encenderse.
Y ese cartel rojo, que chilla
“al aire” se enciende, y la dupla se pierde.
Ese director sabe que esta
firmando su carta de renuncia a la vida, es mas mientras oficia de cameraman
inexperto, tratando de no filmar esa mancha verde de mate mal cebado en el
borde de la camisa de nuestro animador… el se pregunta si podrá suicidarse
tragando los cordones de la zapatillas, o si de verdad es tan toxica la tinta
de las fotocopiadoras.
El
teléfono suena.
Nuestro
calvo conductor levanta el tubo tembloroso, no sabe que decir… jamás ha sido
una persona con una habilidad comunicativa importante, sino mas bien alguien
esquivo a la hora de la improvisación.
Recuerda
sus traumas, cuando se le declaro a la chica mas linda de su salón, en aquel
cuarto grado fatídico.
Era
una peliroja sensacional, aunque tenia pecas, y eso era un problema para todos,
porque nadie la quería demasiado. Exepto el… pero, como vueltas del destino,
ella no sentía lo mismo. En ese momento rogo, se arrodillo, y pidió clemencia
por su corazón roto. Pero nadie escucha, claro que nadie lo hace.
Pero
volvamos a esta esfera temporal, tenemos a un tipo pelado, entrado en los
cuarenta, con un teléfono en la mano.
Y
eso fue el inicio… mientras una voz en off garantiza una propaganda costosa,
para mantener a flote el programa.
La
continuación, quizás nunca la sepan, quizás si… pero eso no importa, porque después
de todo, este es el mejor show que el espectáculo jamás vio…
Literalmente…
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