Lo siguiente es un copypasteo que encontre en el facebook... supuestamente es la carta postuma de Favaloro... si es cierto o no, es lo veremos... pero aun asi, lo quiero compartir aca...
Si se lee mi carta de renuncia a la Cleveland Clinic, está claro que mi
regreso a la Argentina (después de haber alcanzado un lugar destacado en
la cirugía cardiovascular) se debió a mi eterno compromiso con mi
patria. Nunca perdí mis raíces..
Volví para trabajar en docencia,
investigación y asistencia médica. La primera etapa en el Sanatorio
Güemes, demostró que inmediatamente organizamos la residencia en
cardiología y cirugía cardiovascular, además de cursos de post grado a
todos los niveles.
Le dimos importancia también a la investigación
clínica en donde participaron la mayoría de los miembros de nuestro
grupo. En lo asistencial exigimos de entrada un número de camas para los
indigentes. Así, cientos de pacientes fueron operados sin cargo alguno.
La mayoría de nuestros pacientes provenían de las obras sociales. El
sanatorio tenía contrato con las más importantes de aquel entonces.
La relación con el sanatorio fue muy clara: los honorarios, provinieran
de donde provinieran, eran de nosotros; la internación, del sanatorio
(sin duda la mayor tajada).
Nosotros con los honorarios pagamos
las residencias y las secretarias y nuestras entradas se distribuían
entre los médicos proporcionalmente.
Nunca permití que se tocara un solo peso de los que no nos correspondía.
A pesar de que los directores aseguraban que no había retornos, yo
conocía que sí los había. De vez en cuando, a pedido de su director,
saludaba a los sindicalistas de turno, que agradecían nuestro trabajo.
Este era nuestro único contacto.
A mediados de la década del 70, comenzamos a organizar la Fundación.
Primero con la ayuda de la Sedra, creamos el departamento de
investigación básica que tanta satisfacción nos ha dado y luego la
construcción del Instituto de Cardiología y cirugía cardiovascular.
Cuando entró en funciones, redacté los 10 mandamientos que debían
sostenerse a rajatabla, basados en el lineamiento ético que siempre me
ha acompañado.
La calidad de nuestro trabajo, basado en la
tecnología incorporada más la tarea de los profesionales seleccionados
hizo que no nos faltara trabajo, pero debimos luchar continuamente con
la corrupción imperante en la medicina (parte de la tremenda corrupción
que ha contaminado a nuestro país en todos los niveles sin límites de
ninguna naturaleza). Nos hemos negado sistemáticamente a quebrar
los
lineamientos éticos, como consecuencia, jamás dimos un solo peso de
retorno. Así, obras sociales de envergadura no mandaron ni mandan sus
pacientes al Instituto.
¡Lo que tendría que narrar de las innumerables entrevistas con los sindicalistas de turno!
Manga de corruptos que viven a costa de los obreros y coimean
fundamentalmente con el dinero de las obras sociales que corresponde a
la atención médica.
Lo mismo ocurre con el PAMI. Esto lo pueden
certificar los médicos de mi país que para sobrevivir deben aceptar
participar del sistema implementado a lo largo y ancho de todo el país.
Valga un solo ejemplo: el PAMI tiene una vieja deuda con nosotros (creo
desde el año 94 o 95) de 1.900.000 pesos; la hubiéramos cobrado en 48
horas si hubiéramos aceptado los retornos que se nos pedían (como es
lógico no a mí directamente).
Si hubiéramos aceptado las
condiciones imperantes por la corrupción del sistema (que se ha ido
incrementando en estos últimos años) deberíamos tener 100 camas más. No
daríamos abasto para atender toda la demanda.
El que quiera
negar que todo esto es cierto que acepte que rija en la Argentina, el
principio fundamental de la libre elección del médico, que terminaría
con los acomodados de turno.
Lo mismo ocurre con los pacientes
privados (incluyendo los de la medicina prepaga) el médico que envía a
estos pacientes por el famoso ana-ana , sabe, espera, recibir una jugosa
participación del cirujano.
Hace muchísimos años debo escuchar
aquello de que Favaloro no opera más! ¿De dónde proviene este
infundio?. Muy simple: el pacientes es estudiado. Conclusión, su
cardiólogo le dice que debe ser operado. El paciente acepta y expresa
sus deseos de que yo lo opere. 'Pero cómo, usted no sabe que Favaloro no
opera hace tiempo?'. 'Yo le voy a recomendar un cirujano de real valor,
no se preocupe'.
El cirujano 'de real valor' además de su capacidad profesional retornará al cardiólogo mandante un 50% de los honorarios!
Varios de esos pacientes han venido a mi consulta no obstante las
'indicaciones' de su cardiólogo. '¿Doctor, usted sigue operando?' y una
vez más debo explicar que sí, que lo sigo haciendo con el mismo
entusiasmo y responsabilidad de siempre.
Muchos de estos cardiólogos, son de prestigio nacional e internacional.
Concurren a los Congresos del American College o de la American Heart y
entonces sí, allí me brindan toda clase de felicitaciones y abrazos
cada vez que debo exponer alguna 'lecture' de significación. Así ocurrió
cuando la de Paul D. White lecture en Dallas, decenas de cardiólogos
argentinos me abrazaron, algunos con lágrimas en los ojos.
Pero aquí, vuelven a insertarse en el 'sistema' y el dinero es lo que más les interesa.
La corrupción ha alcanzado niveles que nunca pensé presenciar.
Instituciones de prestigio como el Instituto Cardiovascular Buenos
Aires, con excelentes profesionales médicos, envían empleados bien
entrenados que visitan a los médicos cardiólogos en sus consultorios.
Allí les explican en detalles los mecanismos del retorno y los
porcentajes que recibirán no solamente por la cirugía, los métodos de
diagnóstico no invasivo (Holter eco, camara y etc, etc.) los
cateterismos, las angioplastias, etc. etc., están incluidos..
No es la única institución. Médicos de la Fundación me han mostrado las
hojas que les dejan con todo muy bien explicado. Llegado el caso, una
vez el paciente operado, el mismo personal entrenado, visitará
nuevamente al cardiólogo, explicará en detalle 'la operación económica' y
entregará el sobre correspondiente!.
La situación actual de la
Fundación es desesperante, millones de pesos a cobrar de tarea
realizada, incluyendo pacientes de alto riesgo que no podemos rechazar.
Es fácil decir 'no hay camas disponibles'.
Nuestro juramento médico lo impide.
Estos pacientes demandan un alto costo raramente reconocido por las
obras sociales. A ello se agregan deudas por todos lados, las que
corresponden a la construcción y equipamiento del ICYCC, los
proveedores, la DGI, los bancos, los médicos con atrasos de varios
meses.. Todos nuestros proyectos tambalean y cada vez más todo se
complica.
En Estados Unidos, las grandes instituciones médicas,
pueden realizar su tarea asistencial, la docencia y la investigación
por las donaciones que reciben.
Las cinco facultades médicas más trascendentes reciben más de 100 millones de dólares cada una! Aquí, ni soñando.
Realicé gestiones en el BID que nos ayudó en la etapa inicial y luego
publicitó en varias de sus publicaciones a nuestro instituto como uno de
sus logros!. Envié cuatro cartas a Enrique Iglesias, solicitando ayuda
(¡tiran tanto dinero por la borda en esta Latinoamérica!) todavía estoy
esperando alguna respuesta. Maneja miles de millones de dólares, pero
para una institución que ha entrenado centenares de médicos
desparramados por nuestro país y toda Latinoamérica, no hay respuesta.
¿Cómo se mide el valor social de nuestra tarea docente?
Es indudable que ser honesto, en esta sociedad corrupta tiene su precio. A la corta o a la larga te lo hacen pagar.
La mayoría del tiempo me siento solo. En aquella carta de renuncia a la
C. Clinic , le decía al Dr. Effen que sabía de antemano que iba a tener
que luchar y le recordaba que Don Quijote era español!
Sin duda la lucha ha sido muy desigual.
El proyecto de la Fundación tambalea y empieza a resquebrajarse.
Hemos tenido varias reuniones, mis colaboradores más cercanos, algunos
de ellos compañeros de lucha desde nuestro recordado Colegio Nacional de
La Plata, me aconsejan que para salvar a la Fundación debemos
incorporarnos al ´sistema'.
Sí al retorno, sí al ana-ana.
'Pondremos gente a organizar todo'. Hay 'especialistas' que saben como
hacerlo. 'Debes dar un paso al costado. Aclararemos que vos no sabes
nada, que no estás enterado'. 'Debes comprenderlo si querés salvar a la
Fundación'
¡Quién va a creer que yo no estoy enterado!
En este momento y a esta edad terminar con los principios éticos que
recibí de mis padres, mis maestros y profesores me resulta
extremadamente difícil. No puedo cambiar, prefiero desaparecer.
Joaquín V. González, escribió la lección de optimismo que se nos entregaba al recibirnos: 'a mí no me ha derrotado nadie'.
Yo no puedo decir lo mismo. A mí me ha derrotado esta sociedad corrupta
que todo lo controla. Estoy cansado de recibir homenajes y elogios al
nivel internacional. Hace pocos días fui incluido en el grupo selecto de
las leyendas del milenio en cirugía cardiovascular.
El año pasado debí participar en varios países desde Suecia a la India escuchando siempre lo mismo.
'¡La leyenda, la leyenda!'
Quizá el pecado capital que he cometido, aquí en mi país, fue expresar
siempre en voz alta mis sentimientos, mis críticas, insisto, en esta
sociedad del privilegio, donde unos pocos gozan hasta el hartazgo,
mientras la mayoría vive en la miseria y la desesperación. Todo esto no
se perdona, por el contrario se castiga.
Me consuela el haber
atendido a mis pacientes sin distinción de ninguna naturaleza. Mis
colaboradores saben de mi inclinación por los pobres, que viene de mis
lejanos años en Jacinto Arauz.
Estoy cansado de luchar y luchar, galopando contra el viento como decía Don Ata.
No puedo cambiar.
No ha sido una decisión fácil pero sí meditada.
No se hable de debilidad o valentía.
El cirujano vive con la muerte, es su compañera inseparable, hable de debilidad o valentía.
El cirujano vive con la muerte, es su compañera inseparable, con ella me voy de la mano.
Sólo espero no se haga de este acto una comedia. Al periodismo le pido que tenga un poco de piedad.
Estoy tranquilo. Alguna vez en un acto académico en USA se me presentó
como a un hombre bueno que sigue siendo un médico rural. Perdónenme,
pero creo, es cierto. Espero que me recuerden así.
En estos días he mandado cartas desesperadas a entidades nacionales, provinciales, empresarios, sin recibir respuesta.
En la Fundación ha comenzado a actuar un comité de crisis con
asesoramiento externo. Ayer empezaron a producirse las primeras
cesantías. Algunos, pocos, han sido colaboradores fieles y dedicados. El
lunes no podría dar la cara.
A mi familia en particular a mis
queridos sobrinos, a mis colaboradores, a mis amigos, recuerden que
llegué a los 77 años. No aflojen, tienen la obligación de seguir
luchando por lo menos hasta alcanzar la misma edad, que no es poco.
Una vez más reitero la obligación de cremarme inmediatamente sin perder
tiempo y tirar mis cenizas en los montes cercanos a Jacinto Arauz, allá
en La Pampa.
Queda terminantemente prohibido realizar ceremonias religiosas o civiles.
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todo mentira
ResponderEliminarya que estas fijate si podes bajar lo que puse en mi ultima entrada
EliminarSea o no mentira, es algo lo suficientemente copado para leer.....
EliminarAhi me fijo lo que pusiste.